¿Por qué sólo cine fantástico?

Muchos amantes del cine fantástico nos hacemos esta pregunta en algún momento: ¿Por qué nos gusta tanto ver historias imposibles cuando es la realidad lo que nos debería preocupar? Los detractores de este cine muchas veces lo juzgan infantil, insano, elemental, previsible o directamente perjudicial. Sin embargo, todas las culturas, de todas las épocas y lugares han construido historias que transponen la realidad, y que se han convertido en sus mitologías, en una parte esencial de su cultura.

Según Joseph Campbell las mitologías se construyen desde el subconsciente. En ellas se manifiestan sus esperanzas, su espiritualidad y sus miedos más profundos. El cine de terror, ciencia ficción y fantasía se ha convertido en la nueva mitología del hombre, y por eso merece verse con respeto e inteligencia.

En Dr. Caligari buscamos generar un espacio donde puedas encontrar películas fantásticas que siempre quisiste ver y no encontrabas en ningún lado. A pesar de la gran cantidad de films de estos géneros que llegan a las carteleras o videoclubes, el amante de estos géneros muchas veces advierte que el grueso de estas producciones no colman sus expectativas por ser simples, comerciales, que siguen la receta de algún otro film exitoso. También es bastante cansador ver tanta producción de un solo país (Estados Unidos), y tantas películas hechas en otros países imitando el cine norteamericano, con lo enriquecedor que es ver cine de todas partes del mundo.

Por eso tratamos de ofrecerte las rarezas, lo más extremo o lo más original. Si querés contactarte con nosotros para pedirnos alguna película en especial o solicitar un catálogo de los films que tenemos, manda un mail a caligarivideo@yahoo.com.ar.

jueves, 13 de agosto de 2009

Violencia diabólica

(The Devil’s rejects

Año: 2005

Nacionalidad: USA

Dirección: Rob Zombie

Guión: Rob Zombie

Intérpretes: Sid Haig, Bill Moseley, Sheri Moon Zombie, Ken Foree, Matthew McGrory, William Forsythe, Karen Black

Formato: DVD

Sinopsis: Emboscada en su hogar por el alguacil Wydell y un grupo de hombres armados, la familia Firefly es despertada por disparos, y sólo Otis y su hermana logran escapar ilesos. Refugiados en un motel apartado y tomando rehenes, la buscada pareja de hermanos se reúne con el trastornado Capitán Spaulding, asesinando a cualquiera que se interponga en su camino. Pero al aumentar el número de víctimas, el alguacil Wydell decide "cruzar la línea" y tomar la ley en sus propias manos, ejecutando uno de los enfrentamientos más depravados y aterradores de la historia del cine.

Recomendación: El cantante Rob Zombie, ex líder de la banda de rock White Zombie, debutó tras las cámaras con la despareja 1000 cuerpos, un collage fílmico estridente, lleno de citas fílmicas, idas y vueltas en el tiempo narrativo, y bueno, muy poco más que eso. Antes que nada era un homenaje a los ’70, y a sus familias caníbales como las de La masacre de Texas y La colina de los ojos malditos, pero en una clave algo humorística o circense que no daba de todas maneras mucha gracia. Muchos fans del género la saludaron, sin embargo, como un nuevo clásico.

Para disipar la polémica y dejar a todos contentos, tengo el agrado de recomendar esta segunda parte, donde Rob Zombie despliega un talento narrativo a mi juicio oculto hasta ahora, desarrollando lúcidamente sus personajes, y ambientando unos años ’70 sórdidos y caóticos.

Las actuaciones son correctas, los diálogos atinados, la música acompaña muy bien, (especialmente en ese final glorioso a lo Bonnie & Clyde); pero lo que más seduce de Violencia diabólica es esa sensación de estar filmada realmente en esos maravillosos años ’70, cuando la poesía cinematográfica estaba permitida en Hollywood. Porque el film es básicamente eso: un paseo nostálgico por una década que sentimos perdida para siempre. Apocalypse now, El exorcista, Busco mi destino, La pandilla salvaje, La masacre de Texas… ¿alguien se imagina que películas como esas podrían surgir a la sombra (o al margen) del Hollywood actual? Sólo nos queda recordarlas junto al amigo Rob, mientras esperamos tiempos mejores.

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