¿Por qué sólo cine fantástico?

Muchos amantes del cine fantástico nos hacemos esta pregunta en algún momento: ¿Por qué nos gusta tanto ver historias imposibles cuando es la realidad lo que nos debería preocupar? Los detractores de este cine muchas veces lo juzgan infantil, insano, elemental, previsible o directamente perjudicial. Sin embargo, todas las culturas, de todas las épocas y lugares han construido historias que transponen la realidad, y que se han convertido en sus mitologías, en una parte esencial de su cultura.

Según Joseph Campbell las mitologías se construyen desde el subconsciente. En ellas se manifiestan sus esperanzas, su espiritualidad y sus miedos más profundos. El cine de terror, ciencia ficción y fantasía se ha convertido en la nueva mitología del hombre, y por eso merece verse con respeto e inteligencia.

En Dr. Caligari buscamos generar un espacio donde puedas encontrar películas fantásticas que siempre quisiste ver y no encontrabas en ningún lado. A pesar de la gran cantidad de films de estos géneros que llegan a las carteleras o videoclubes, el amante de estos géneros muchas veces advierte que el grueso de estas producciones no colman sus expectativas por ser simples, comerciales, que siguen la receta de algún otro film exitoso. También es bastante cansador ver tanta producción de un solo país (Estados Unidos), y tantas películas hechas en otros países imitando el cine norteamericano, con lo enriquecedor que es ver cine de todas partes del mundo.

Por eso tratamos de ofrecerte las rarezas, lo más extremo o lo más original. Si querés contactarte con nosotros para pedirnos alguna película en especial o solicitar un catálogo de los films que tenemos, manda un mail a caligarivideo@yahoo.com.ar.

sábado, 15 de agosto de 2009

La dama del agua

(Lady in the water)

Año: 2006

Nacionalidad: USA

Dirección: M. Night Shyamalan

Guión: M. Nigh Shyamalan

Intérpretes: Paul Giamatti, Bryce Dallas Howard, Bob Balaban, Freddy Rodríguez, Jeffrey Wright, Sarita Choudhury, Bill Irwin, Jared Harris

Formato: DVD

Sinopsis: El encargado de un edificio encuentra en la piscina a una ninfa acuática de otro mundo llamada Story y se propone ayudarla a regresar a su hogar, el Mundo Azul. "Esto puede ser muy peligroso" le advierte ella. Porque unos feroces monstruos del Mundo Azul están al acecho, decididos a destruir a Story y a todo aquel que la ayude. Esto incluye a los inquilinos, quienes se dan cuenta que cada uno juega un rol dentro del cuento de Story. Sus vidas tienen un objetivo determinado que deberán descubrir.

Recomendación: Probablemente la mejor película del director desde Sexto sentido, su exitoso debut. La dama del agua no es sólo una película ingeniosa y bellamente filmada, sino también un film fuera de su contexto.

La ingenuidad del mito original, que Shyamalan conoció desde pequeño, aparece intacta en esta versión modernizada, y el director nos propone verla con esa misma ingenuidad e inocencia con la que probablemente él la haya disfrutado.

Propuesta que aparece algo fuera de lugar en una época en que los géneros fílmicos son examinados cínicamente por desde muchos films: la posmodernidad ha desencadenado una ola de parodias o películas metagenéricas, donde se ridiculizan las convenciones que todo género necesita para construirse a sí mismo: Shrek lo hace con el cuento de hadas; Scream y Una película de miedo lo hacen con el terror.

Sentimos como espectadores que ya lo hemos visto todo, que sabemos cómo va a terminar, que los mecanismos de narración son unos pocos botones que nosotros mismos podríamos manejar con los ojos cerrados. Pero es un problema nuestro, no de las películas. Hemos perdido la inocencia y la capacidad de asombro, entre otras cosas, porque, incluso aunque no queramos, casi todo el cine que vemos proviene del mismo espacio-tiempo: Hollywood, siglo XXI.

La dama del agua quiere contarnos una historia maravillosa, lo cual ya es a esta altura bastante inusual, pero sobretodo, quiere decirnos que quizás somos más inteligentes por saber cómo terminaba una historia desde el principio, pero somos muy poco sabios por creer que eso realmente importa.

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