(300)
Año: 2007
Nacionalidad: USA
Dirección: Zack Snyder
Guión: Kurt Johnstad, Zack Snyder, Michael B. Gordon, basado en el cómic de Frank Miller y Lynn Warley
Intérpretes: Gerard Butler, Lena Headey, David Wenham, Dominic West
Formato: DVD
Sinopsis: Evocando la legendaria batalla de las Termópilas, la película representa el titánico enfrentamiento en el que el rey Leónidas y 300 espartanos lucharon hasta la muerte contra Jerjes y su enorme ejército persa.
Recomendación: Se ha dicho por ahí que este es un film militarista. Se lo ha tachado de discriminatorio. Se lo ha acusado de fascista y maniqueo. Y es todo verdad. El film cuenta la antigua historia de la resistencia de 300 espartanos, comandados por su rey Leónidas, al numeroso ejército persa. Los espartanos son viriles, valientes y perfectos, y se valen de su inteligencia y destreza para luchar. Los persas son poco menos que subhumanos, con un rey vicioso, afeminado y cobarde, que se vale de la traición para obtener la victoria. Y mientras los 300 valientes se juegan la vida, desobedeciendo a sus propias leyes, el Consejo, integrado por corruptos y pusilánimes políticos, toma sus decisiones siguiendo los desvaríos de oráculos drogados, manejados por avariciosos sacerdotes.
Uno puede poner buena voluntad e intentar transportarse mentalmente a esa época, para entender que el film nos habla desde el punto de vista del guerrero de la antigüedad, que daba su vida de buen grado por su patria y su propio honor. Pero se requiere un enorme exceso de ingenuidad para no relacionarlo con la actual situación bélica de Estados Unidos. Y como metáfora, es deplorable e infantil.
Ahora, aislándonos un poco de la faceta ideológica, la película 300 es una obra maestra de la épica. El guión respeta bastante la voz en off del cómic en el que se basa, y eso le da un contrapunto hipnótico con las escenas de acción. El trabajo de encuadres, así como el de la iluminación, dialogan permanentemente con el universo visual del talentoso Frank Miller, creando imágenes asombrosas. Snyder, el director, que ya se había fogueado en el campo de la acción con El amanecer de los muertos, maneja el montaje y recursos como la cámara lenta, que tan en boga se han puesto en estos días, de manera magistral.
Imprescindible verla, tanto sea para alabar sus logros cinematográficos, como para deplorar la idiotez detrás de su discurso.
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