Alien 3

(Alien 3)

Año: 1992

Nacionalidad: USA

Dirección: David Fincher

Guión: David Giler, Walter Hill, Larry Ferguson, Vincent Ward

Intérpretes: Sigourney Weaver, Charles Dance, Charles S. Dutton, Lance Henriksen, Pete Postlewaithe

Formato: VHS/DVD

Sinopsis: La Tte. Ripley fue la única superviviente cuando su nave cayó accidentalmente en Florina 161, un planeta utilizado como prisión para los criminales más peligrosos. Ripley sospechó que había un alien a bordo cuando llegó a Florina. Su miedo fue confirmado cuando los cuerpos mutilados de los presos comenzaron a aparecer. Sin armas ni tecnología moderna, Ripley tiene que guiar a estos hombres en la batalla contra el alien. Pronto, ella descubrirá una verdad horripilante sobre su eslabón con la bestia: una realidad que la empujará a tratar de destruir no sólo al alien, sino a autodestruirse también.

Recomendación: Después de años de peleas e idas y vueltas con diferentes guionistas, la tercera parte de la saga de Alien vio la luz. Aunque no demasiada: Fincher entrega una película oscura, trágica, con un final elegíaco.

De la batalla de guionistas sobrevivieron David Giler, (que había coescrito Aliens, el regreso) Larry Ferguson, (con un historial endeble, pero una participación en Highlander a su favor), Walter Hill, director y guionista de culto (Calles de fuego, The warriors, Entre dos fuegos) y Vincent Ward (director de la absolutamente maravillosa Navigator). Algo bueno tenía que salir.

Muchos se enojaron ante las intransigencias del guión, -para empezar, la muerte de Newt, la nena de Aliens, antes de que siquiera comenzara la película-, y muchos desconfiaron de poner semejante producción en manos de un entonces humilde y desconocido director de videoclips David Fincher.

Afortunadamente el proyecto salió a flote, y pudimos ver una historia espectacular, filmada dinámicamente y que alimentaba la difusa mitología de la saga de manera inteligente, y donde el personaje de Ripley crece acertadamente, enmarcado en un universo coherente.

La “relación” de la protagonista con su monstruoso consorte, la ambientación pseudo medieval del planeta prisión, la climática secuencia de la captura del monstruo, son elementos que demuestran que no toda secuela está destinada a ser un parásito fílmico de su predecesora.